sábado, 30 de abril de 2011
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a veces es difícil saber si vive alguien o no por allí / ahora la lluvia densa establece su distancia transparente que a la vez su cercanía lupa y dificulta ver más allá de sí misma pero sí a su través de brisa que lo impregna todo de intensidad como si todos los fondos saliesen a la superficie como quien herido de gravedad en un parque mira hacia arriba y piensa durante un instante en la belleza de las luces intermitentes de la ambulancia sobre los árboles
martes, 26 de abril de 2011
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lunes, 25 de abril de 2011
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ville age onde
a menudo pienso cuánto de nosotros se lee distinto por las circunstancias circundantes. y también pienso que no por ser distinto o equívoco, deja de ser, eso mismo, más que nunca, nosotros. camino a tu lado y observo cómo tus palabras se quedan enredadas en el arco del paisaje violonchelo sobre el que tantas veces descansé. por qué ahora, por qué no otros días por qué veo reflejos en el suelo cuando no ha llovido pero sí aquella noche cuyo recuerdo desencadena el vuelo de un pequeño ovni azulado y una ráfaga de toldo naranja al fondo y por qué en el lomo del primer libro sobre el que me detengo antes de irnos leo; tiempos que no volverán, porque nunca se han ido. invoco en tus pasos la capacidad para quedarse de alguna manera conmigo como una gominola mordida adherida inesperadamente en uno con ese pequeño peso leve húmedo de colores que se mueve contiguo a ti en ti haciéndome reír como el despertar asombroso de karenín y las grabaciones de garabatos de voz y violín
(fotogramas de L'amour l'apres midi de Eric Rohmer)
a menudo pienso cuánto de nosotros se lee distinto por las circunstancias circundantes. y también pienso que no por ser distinto o equívoco, deja de ser, eso mismo, más que nunca, nosotros. camino a tu lado y observo cómo tus palabras se quedan enredadas en el arco del paisaje violonchelo sobre el que tantas veces descansé. por qué ahora, por qué no otros días por qué veo reflejos en el suelo cuando no ha llovido pero sí aquella noche cuyo recuerdo desencadena el vuelo de un pequeño ovni azulado y una ráfaga de toldo naranja al fondo y por qué en el lomo del primer libro sobre el que me detengo antes de irnos leo; tiempos que no volverán, porque nunca se han ido. invoco en tus pasos la capacidad para quedarse de alguna manera conmigo como una gominola mordida adherida inesperadamente en uno con ese pequeño peso leve húmedo de colores que se mueve contiguo a ti en ti haciéndome reír como el despertar asombroso de karenín y las grabaciones de garabatos de voz y violín
(fotogramas de L'amour l'apres midi de Eric Rohmer)
lunes, 18 de abril de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
ç
Le preguntaré; pequeño caracol, según tú, ¿qué será la lentitud en nuestros días?
lunes, 11 de abril de 2011
2
no, si te fijas, se ve que soy yo, pero no soy el mismo, allí era más lejano, más probablemente yo, ahora que me observo observándote, siempre he conformado el mismo hueco respecto al libro que leía que ahora es el mismo, pero no, otro, releído es otro, como yo, como mi recuerdo en ti, o en mi. si te fijas el sombrero no es el mismo, tiene la voluntad de pretenderlo, ni siquiera de serlo, me gusta, no lo recordaba así, tan familiar a mi. ese mismo hueco, de diferente tamaño porque varió la escala, se mantiene proporcional a mi pero no a las ruinas del fondo ni al abismo de arriba ni a la nube de zarzas sobre mi hombro de otro día en otro lugar. aquella nube, ahora lo sé, cabía apretujada en ese hueco, quería apretujarse en ese hueco, encajar como en un estuche de violín, convertirse en esa forma, contenerla conteniéndose con tenerla
y el tiempo vuela
en sentido literal
jueves, 7 de abril de 2011
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acumuladas tantas cosas extrañamente familiares pero tan lejanas respirándolas como dentro de una bruma que generan y que nos rodea y nos aisla al estrechar el contacto con los alrededores como si fueran parte de uno. sólo queda alejarse, irse, hacer hueco. el viaje pueda ser encontrar en ese hueco lugar
domingo, 3 de abril de 2011
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se encontró doblado en el cajón un retrato que había hecho su hijo de él muchos años atrás. fue como encontrarse. un retrato inquietante de parecido inicial superficial ninguno y a la vez y con el tiempo cada vez más él. ¿cuándo fue la última vez que hizo un retrato de alguien o de algo? ¿porqué en las escuelas no se consideraba esencial seguir dibujando o bailando igual que se seguía escribiendo,leyendo...? pensaba todo esto mientras guardaba la cola en la charcutería observando el certero e hipnótico corte fabricante de lonchas de mortadela con aceitunas. porque uno no es en absoluto quien cree ser. porque nunca las aceitunas pensaron en una vida posterior de existencia por partes integrando un todo que no fueran ellas mismas.
(sobre fotografía de puerta en Asilah fragmento de fotografías de Simona Rota + Kenzaburo Fukuhara+ comisuras de ELPAÍS con dibujo de Eduardo Rega)
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