RESTOS llegan a ORILLA / ORILLA llega a RESTOS
Hojead a este ser
vivo. Migaja a migaja.
Esa mirada, necesariamente imprecisa, dibujará una curva en el aire a modo de lugar en el que quedarse. Lugar que irremediablemente se inclinará hacia el suceso. Aunque nada suceda.
Esa mirada, necesariamente imprecisa, dibujará una curva en el aire a modo de lugar en el que quedarse. Lugar que irremediablemente se inclinará hacia el suceso. Aunque nada suceda.
En su nuca hay una
señal.
Observada al microscopio comprobamos que es otra nuca.
Como quien sólo
desea encontrar descanso en lo inseguro.
Como quien utiliza los libros como escudos. Y así los tiene,
atravesados por disparos, luego por huecos. Cada vez más ligeros y esenciales.
Y peligrosos.
Y notarás cosas
extrañas, coherencias extremas como las del azar, pantallas en reposo.
Y notarás que hay
circunstancias que, como los perros, giran en torno a sí tres veces antes de
posarse.
Pero dónde.
Pero dónde.
Aunque esté
dormido,
nadie como él para superponer los mapas
y hacer de las desviaciones hallazgos.
nadie como él para superponer los mapas
y hacer de las desviaciones hallazgos.
Laboriosamente luchando
con la métrica reacia, voy dejando por las calles de la ciudad señales de haber
pasado. Un hombre lleva consigo una luz. Estas treinta calles protegen de un
invisible asedio. O son el asedio.
Era dos veces
improbable. Eso es volver.
Me dejo caer en el
agua helada y despierto así.
Mientras, él flota
sobre la epidermis terrestre. Como el temblor de sus dibujos. Es un gesto
insoslayable. Está herido (de gravedad) por la realidad.
Se hará a la mar,
pero no sabe si algún día se hará a la tierra. Siempre subraya la proximidad
de cósmico y cómico.
Con los ojos llenos
de estrellas.
En los borrosos caminos del tiempo y el espacio.
De regreso, tropezará
con sus raíces. Se esfumarán las
montañas. Yo también miraré en torno,
abrumada por la desaparición de los continentes. Destrozada pero pletórica, por las dudas, le buscaré en las afueras. Allí donde los robles responden a la brisa con la misma suavidad.
Me dijo:
De las cosas que
nos conmueven y nos parten por la mitad, deja sólo dos ahí encima. La
corteza terrestre, sí, déjala también, es una excepción. Así como los
instrumentos de viento pueden emular la retroalimentación eléctrica. Así como
la torpeza sea un deseo de proximidad. Así.
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