sábado, 12 de febrero de 2011

 atardecer de calima de una bruma anaranjada en la que apenas se distinguía a los que lejos la observaban como nosotros ayudaste a vestir la certidumbre cálida de lo que está por hacer y un paisaje de raíces se fundía con el suelo que pisabas hasta llegar al lugar en que te esperaba como barcos que se encuentran al dejarse llevar por el oleaje de lo que no se predice pero se sueña no con esa forma ni con esas palabras pero de alguna manera así y ya es tarde pero estás sigues aquí