lunes, 11 de junio de 2012

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llegados aquí, no existiendo sino pasado, dices, te preguntas sobre el sinsentido de la palabra mañana, ese resto de orilla no alcanzada, esa posibilidad de continuar continuos y no, ese ayer desdoblado, esa membrana sonora que vuelca su rugosidad de carraspeo sobre lo que pudo no haber sido y se fue. desconfías por extensión del presente, dices, el ahora no es más (ni menos),que ayer dentro de poco. pero discrepo, qué hay de los lugares sin tiempo del recuerdo nítido de algo que sin duda no fue, de lo que emana antiguo de lo recién conocido, de cuando compras tres dentífricos por dos y piensas que pasará tanto tiempo hasta que se acaben pero ese día llega tan extrañamente cercano al primer día y tan alejado de los días mientras. ¿por qué he tardado tanto en desconocerte? ¿qué impedía esta reversibilidad hacia lo inesperado? y por qué mientras nieva sobre el lago Rosselot, el viento agita el sol en la superficie del lago Constanza.