jueves, 24 de julio de 2014

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A falta de un día para abandonar este mundo, y empezar la vida en otro (justo en aquel donde la cosas comienzan donde las dejaste el verano pasado), te despides de la ciudad desde muy temprano hasta muy tarde. Como te pones en la piel del que no sabe si volverá, todo adquiere una importancia nítida y vibrante (incluso (o sobre todo) lo borroso e inmóvil).
Te dejarás mecer por lo que llegue y también por lo que no llegué. Me mandarás tus reflexiones cuando puedas. Harás la maleta como quien en piano trata de ejecutar el tercer movimiento para oboe y cuerdas del concierto en sol mayor (no puede ser menor) op9 nº8 de Albinoni. Luego está el sombrero, que irá en su caja ad hoc y luego en ti, y que (has sido advertido) en la costa cambiará radicalmente de naturaleza. 'Parecerá otro' te dijeron. -Como yo (dijiste tú), como yo.