martes, 26 de julio de 2016

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RESTOS llegan a ORILLA / ORILLA llega a RESTOS

Hojead a este ser vivo. Migaja a migaja. 
Esa mirada, necesariamente imprecisa, dibujará una curva en el aire a modo de lugar en el que quedarse. Lugar que irremediablemente se inclinará hacia el suceso. Aunque nada suceda. 
En su nuca hay una señal. 
Observada al microscopio comprobamos que es otra nuca. 
Como quien sólo desea encontrar descanso en lo inseguro.
Como quien utiliza los libros como escudos. Y así los tiene, atravesados por disparos, luego por huecos. Cada vez más ligeros y esenciales. Y peligrosos. 
Y notarás cosas extrañas, coherencias extremas como las del azar, pantallas en reposo. 
Y notarás que hay circunstancias que, como los perros, giran en torno a sí tres veces antes de posarse. 
Pero dónde.
Aunque esté dormido, 
nadie como él para superponer los mapas 
y hacer de las desviaciones hallazgos.
Laboriosamente luchando con la métrica reacia, voy dejando por las calles de la ciudad señales de haber pasado. Un hombre lleva consigo una luz. Estas treinta calles protegen de un invisible asedio. O son el asedio.
Era dos veces improbable. Eso es volver.
Me dejo caer en el agua helada y despierto así.
Mientras, él flota sobre la epidermis terrestre. Como el temblor de sus dibujos. Es un gesto insoslayable. Está herido (de gravedad) por la realidad.
Se hará a la mar, pero no sabe si algún día se hará a la tierra. Siempre subraya la proximidad de cósmico y cómico.
Con los ojos llenos de estrellas.
En los borrosos caminos del tiempo y el espacio.
De regreso, tropezará con sus raíces. Se esfumarán las montañas. Yo también miraré en torno, abrumada por la desaparición de los continentes. Destrozada pero pletórica, por las dudas, le buscaré en las afueras. Allí donde los robles responden a la brisa con la misma suavidad.
Me dijo:

De las cosas que nos conmueven y nos parten por la mitad, deja sólo dos ahí encima. La corteza terrestre, sí, déjala también, es una excepción. Así como los instrumentos de viento pueden emular la retroalimentación eléctrica. Así como la torpeza sea un deseo de proximidad. Así.

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