lunes, 11 de abril de 2011

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no, si te fijas, se ve que soy yo, pero no soy el mismo, allí era más lejano, más probablemente yo, ahora que me observo observándote, siempre he conformado el mismo hueco respecto al libro que leía que ahora es el mismo, pero no, otro, releído es otro, como yo, como mi recuerdo en ti, o en mi. si te fijas el sombrero no es el mismo, tiene la voluntad de pretenderlo, ni siquiera de serlo, me gusta, no lo recordaba así, tan familiar a mi. ese mismo hueco, de diferente tamaño porque varió la escala, se mantiene proporcional a mi pero no a las ruinas del fondo ni al abismo de arriba ni a la nube de zarzas sobre mi hombro de otro día en otro lugar. aquella nube, ahora lo sé, cabía apretujada en ese hueco, quería  apretujarse en ese hueco, encajar como en un estuche de violín, convertirse en esa forma, contenerla conteniéndose con tenerla


y el tiempo vuela 
en sentido literal