viernes, 10 de octubre de 2014

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Crónica de una Fuga (ma non troppo)

Numerosos tableros de madera apoyados longitudinalmente en corro alrededor de los árboles del paseo de Recoletos esperan  su momento de amarre fijo entorno a ellos. Pero ahora, cuando todavía no son lo que se espera de ellos, son mucho más de lo que se espera de ellos. Son lo que no se espera de ellos. Son.

Acercándonos al tronco de uno de estos árboles (lo que da de sí el asiento del autobús en su límite con la ventanilla) observamos su relación enigmática con el alcorque. (Relación que será dignamente ilustrada en unos días)

La señora de delante le comenta a la mujer que lleva al lado:
-Pues si se va a ir, que se vaya ya, pero que se vaya ya, ya mismo. Ya. Que yo no puedo más, que me va a dar algo. Ya de ya, de verdad, qué agonía.
(Conviene imaginar el monólogo `in crescendo´ en volumen y acelaración) 

y unos segundos después agrega (ya calmada, despacio)
-pero que se vaya lejos


(tumblr_mupuozP1Ab1qmdq74o1_500.jpg + Hugh_Stoneman_tumblr_natlk2ZlbQ1r2tlvoo1_500.jpg + The_Louvre_during_the_war_Paris_1280.jpg + tumblr_mwv9rm5g7D1qcf1bio1_500.jpg + tumblr_nah715RQly1rb4lguo1_1280.jpg + tumblr_nclqsy4Zxf1qbhipzo1_1280.jpg) Hoy por la mañana en el vagón de metro éramos varias las personas que leíamos libros de papel.