viernes, 10 de noviembre de 2017

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Esta carta no la escribí nunca, pero sé que vosotros la leeréis infinitas veces, cada vez que intenten entender quién fui o pude ser. A ese enigma me he enfrentado yo mismo algunas veces, sin encontrar más respuesta que el dibujo que agregan las rayas de un tigre a una jungla negra. A esas horas de enfrentamiento con algún misterio las he llamado escribir. También: confiar en el diseño inexplicable (pero no incomprensible) de la nada.
Tres ideas me han sostenido siempre. Combinadas, son todo lo que tuve.
Os dejo, además de esta carta, mi incoherente literatura, la locura generosa de mis héroes, su irrevocable apuesta a los reinos de lo imposible.

(tres fotografías de Sannah kvist + fragmentos y variaciones de la Carta extraordinaria 4 de Emilio Salgari a sus hijos, por María Negroni.)