lunes, 16 de mayo de 2011

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hay un árbol muy inclinado cerca del hospital y una señora de melena extraordinaria caoba se peina en la parada del autobús hay un ruido como de olas al atardecer después de un día soleado pero llueve y el contraste resulta precipitadamente cercano como si  algo se hubiese despertado por la familiaridad de la extrañeza pues dentro la cama era una alfombra voladora sobrevolando una biblioteca en época de vacaciones pero el último sol del día iluminó las fisuras y las sombras de los árboles que serán se quedaron contigo haciéndote cosquillas en los pies ahora más pequeños mientras te peinaba una mujer que llegó de muy cerca con zuecos de labios y papel y provisiones de pijamas suaves y pappardelle