jueves, 21 de julio de 2011

`^`^`^^^


hay concidencias extraordinarias que te golpean con fuerza dejándote sin sentido si es que alguna vez se tuvo otras menos violentas pero intensas de esas que como termitas un día despiertas o aún en sueños viene un pequeño soplo de viento o cualquier otra circunstancia meteorológica o no y te desmorona en pequeñas partículas como calima desapareces y a tu alrededor se preguntan cómo es posible parecía tan entero o un día algo en ti se rompe un enlace importante o no tanto pero suficiente para dejarte tocado o indiferente ante algo que justo antes te importaba tanto como el primer día de un abono mensual en un mes que ya no le corresponde. entonces al atardecer deambulas y te compras una palmera de chocolate y un vaso de agua  y sigues caminando y acabas sentado en una parada de autobús mirando un quiosco de flores abandonado no se sabe si desde ayer o desde hace años y hay una mujer que parecía esperar un autobús pero no al cabo del tiempo se va como tú y al llegar a casa estudias minuciosamente las ofertas del supermercado que encontraste en el buzón  y tomas un lápiz y subrayas nombres y cifras buscando no sé qué pero eso ya es algo.
al irme dejé dos plantas juntas que han brotado mutuamente.