domingo, 3 de julio de 2011

z


el día allí me recuerda la tarde recién comenzada del verano tras la siesta el no saber exactamente qué hora la luz intensa allá afuera hace saborear aún más la penumbra del fresco acá dentro y aún en sueños vacilar en la verticalidad vestirse el bañador como quien alcanza las gafas de la mesilla para poder empezar a ser uno y sin serlo todavía descalzo salir atravesar el sol que te atraviesa aún cuando los ojos casi cerrados zambullirse sinprisaperosinpausa en el agua helada y despertar escuchándose respirar uno en el mundo el mundo en uno