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este tiempo así de espera paseando entre la feria de los mundos posibles escapando de ellos para desembocar en ti como interferencia escapar de nuevo preguntándose si fue real parando a ver en lo tranquilo y umbroso a los que los domingos al atardecer bailan tango en el quiosco de la música pensando que quizá sólo la música salvará el mundo de este enorme domingo bochornoso. hay minutos como lunes junto a horas de ausencias hasta de uno. te pareció escuchar por megafonía que Juan Ramón Jiménez firmaba en la caseta doscientos siete. entonces, no todo está perdido. o  mejor, todo está perdido. 
qué descanso la nada. 
qué lejos llegan en tu azul silencio.
(fragmento de biombo japonés en una alargada sala en el Met)